Un interesante dato nos alerta acerca de la relación entre tu salud y la manera de conectarte a Internet. Puede ocurrir cuando estás por enviar ese e-mail tan importante que no podía esperar, cuando estás ejecutando un proceso en la nube que lleva horas o simplemente cuando realizas una videollamada con un cliente importante o una sesión de trabajo a distancia y tu conexión a Internet se convierte en tu peor enemigo.

Pero cuando tu #Internet va lento o no funciona correctamente no hay mucho que hacer, aparte de enojarse y dar un grito de desesperación.

Las razones podrían ser varias: el ancho de banda no es suficiente porque no tienes una conexión exclusiva, el mal rendimiento del equipo, condiciones climatológicas si es que no utilizas fibra óptica, entre otras.  

De acuerdo con el informe “Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)Venezuela, Bolivia y Perú son los países de la región donde Internet funciona con mayor lentitud, pero es cierto que en #CostaRica existe una tendencia al mal servicio de Internet, principalmente en el sector empresarial.

En unos datos publicados por la BBC se busca interpretar la reacción del usuario ante estas caídas y averías constantes, ya que Internet se ha vuelto parte de su entorno laboral y le puede provocar según el caso, frustración, rabia o angustia a partir de estas experiencias.

Esto sin duda que no es un tema menor cuando entendemos que tiene efectos sobre nuestro cuerpo tan notorios que podrían derivar en situaciones de mucha complicación.

Efectos fisiológicos

El neuropsicólogo David Lewis lleva tiempo estudiando cuáles son los efectos de la lentitud de Internet en la salud física y mental.

Y, para ello, en su laboratorio Lewis realizó un experimento:

Le pidió a un grupo de voluntarios que rellenaran una serie de formularios, luego de ralentizar -a propósito- su conexión a Internet hasta hacer que fuera “dolorosamente lenta”.

Monitoreando variables como el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, los científicos fueron capaces de medir “los efectos fisiológicos de forma exacta”, le dice a la BBC.

“A medida que los voluntarios se desesperaban al no descargarse el archivo en el tiempo necesario para rellenar los documentos, el ritmo cardíaco y la presión arterial aumentaba, y también lo hacían sus niveles de estrés fisiológico“, asegura.

De hecho, continúa Lewis, “manifestaron signos físicos de ansiedad y, muy a menudo, de rabia y una enorme frustración“.

Varios factores

Lewis dice que el estrés es “multifactorial”.

El especialista recuerda que las dificultades financieras y otro tipo de problemas en la vida privada provocan “mucha presión”.

Además, la lentitud de la conexión a Internet puede llegar a significar, en algunos casos, la pérdida de un cliente o dejar un trabajo sin acabar.

Pero el neuropsicólogo lo considera un tema “preocupante”, pues nos puede provocar “niveles muy altos de estrés que no son buenos para la salud”.

La compañía de telecomunicaciones Ericsson también investigó el tema para el caso de la conexión vía celular, midiendo parámetros como la actividad cerebral, el movimiento ocular y el pulso cardíaco.

En su “Informe de Movilidad” de este año, publicado en febrero, dice que cuando experimentamos una conexión de Internet lenta en nuestro celular llegamos a sufrir la misma sensación de horror que cuando vemos una película de terror“.

O los mismos niveles de ansiedad que cuando tenemos que resolver una difícil ecuación matemática.

De acuerdo con el análisis que elaboró el laboratorio de la empresa sueca Ericsson ConsumerLab– cuando esto sucede, el ritmo cardíaco aumenta, a nivel promedio, un 38%.

Y si lo que estamos haciendo es ver un video y la conexión va lenta, los niveles de estrés pasan de un 19% a un 34%, concluye el estudio.

Aunque Internet nos facilita la vida, también puede llegar a complicárnosla y esto ocurre principalmente en el tema laboral, porque si considera un problema el fallo de su conexión mientras ve una película, aunque es una molestida válida, no será algo trágico al final del día.

Sin embargo, en el ámbito empresarial esta situación no solo puede costarle miles de dólares un problema de este tipo, sino que también provoca estrés innecesario y genera un pésimo clima organizacional.

Algunas soluciones son la Fibra Óptica de manera definitiva y las conexiones exclusivas que no compartan el ancho de banda con otros usuarios, además de servicios simétricos y redundantes, que de entrada prometen una velocidad mucho más alta y estabilidad.

En Itellum tenemos el compromiso no solo de brindar un servicio de #Internet del primer mundo, sino aportar a la factibilidad en general de su empresa, por lo que no dude en contactarnos para asesorarlo acerca de las diferentes opciones para disfrutar un servicio de Internet del primer mundo.